jueves, 8 de octubre de 2009

Virgen del Perpetuo Socorro


La Theotókos, es decir, la Madre de Dios, es el tema preferido de los pintores de iconos, el que más abunda en los museos y en la publicaciones ilustradas de imágenes sagradas orientales, en las iglesias y en las colecciones familiares.

Raramente se representa sola a María, sin el Hijo; la veneración que se le tributa es a la vez alabanza de Aquél que se encarnó en su seno dejando intacta su virginidad, que es lo que quieren decir las tres estrellas luminosas que siempre adornan el manto que cae sobre su frente y ambos hombros para indicar que fue virgen antes, durante y después del parto. Sólo en algún icono tardío y alejado de los cánones tradicionales se le ve a la Madre de Dios el pelo. Normalmente su cabeza está cubierta con un mafórion (velo-mantilla) que baja cubriendo la parte superior de su cuerpo, adornado frecuentemente en los bordes por una especie de precioso galón y franja.

La abreviatura MP-OHOY, que siempre se halla junto al nimbo que rodea su cabeza, signo de su irradiación espiritual, quiere decir Míter Theoú, o sea, Madre de Dios en griego.

La Virgen, llamada en Occidente del Perpetuo Socorro, en Oriente se llama Virgen de La Pasión porque dos ángeles a ambos lados de la cabeza de María presentan uno la cruz y el otro la caña con la esponja. El Niño mira la cruz con pavor y agarra con sus manitas la derecha de la Madre, mientras se le sale una sandalia del piececito quedando suspendida por la correa.


El icono imagen de lo invisible
Sor María Donadeo

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