jueves, 15 de octubre de 2009

María Madre


Señora de los nueve meses
Madre de la eterna esperanza,
necesitamos recibir el Hijo
de tus entrañas,
necesitamos que Tú lo des a luz,
para que pueda caminar entre nosotros.

Tenemos necesidad, buena Madre,
de su Palabra que nos libere,
de su amor que nos salve
y de su fuerza para asumir nuestra tristeza.

Al contemplar la hermosura de tu silueta
se despierta en nosotros la esperanza.
Y como Juan, en el vientre de Isabel, también nosotros saltamos de alegría.
Ayúdanos a preparar con entusiasmo su visita.

Que se abran los caminos.
Que se enderecen los atajos.
Que el arrepentimiento de nuestras faltas
nos haga recibir gozosamente al Redentor.

Que los que vivimos en las tinieblas
podamos conocer el resplandor de su luz.
Que los que somos derrotados por el egoísmo
podamos sentir la victoria de su amor.

Madre de nuestra esperanza,
N. Señora del silencio y del consuelo,
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
María Grávida
P.J.Pontes

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