martes, 5 de agosto de 2008

El sueño de María



Tuve un sueño José, y realmente no lo puedo comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo.


La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación, decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían en vistosos papeles y los ataban con preciosos moños, y todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol José, adentro de sus casas; esta gente ya había decorado el árbol y las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había una figura en lo alto del árbol, me pareció que era un ángel, era realmente hermoso.


Luego vi una mesa espléndidamente servida, con platos deliciosos y muchos vinos, todo se veía exquisito y todos estaban contentos, pero…no estábamos invitados.


Toda la gente se veía feliz, sonriente y emocionada por los regalos que se intercambiaban unos con otros, pero, sabes José no quedaba ningún regalo para nuestro hijo; me daba la impresión de que nadie lo conocía, porque nunca mencionaron su nombre.


¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en los preparativos para celebrar el cumpleaños a alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión de que no lo conocen? Tuve la extraña sensación de que si Jesús hubiera entrado en esos hogares para la celebración, hubiera sido solamente un intruso. Todo se veía tan hermoso y la gente muy feliz, pero yo sentía ganas de llorar porque nuestro hijo era ignorado por casi toda la gente que lo celebraba.


¡Qué tristeza para Jesús, no ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños!


Estoy contenta porque solo fue un sueño,terrible sería si ésto se convierte en realidad....


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