miércoles, 10 de marzo de 2010

Santa Clara: la ternura de Dios


Es propio de la fe hacernos humildes en los sucesos felices e impasibles en los reveses.

Corramos libres y ligeros, sin carga, detrás de Cristo.

Afrontemos las pruebas no sólo con paciencia y valentía, sino también con alegría.

Mira siempre tu punto de partida, retén lo que tienes, y jamás retrocedas.

Recorramos el camino de Cristo con obediencia, pobreza y humildad, las tres actitudes fundamentales en la contemplación del Crucificado.

Tener un corazón de pobre, significa, ni más ni menos, contar sólo con Dios.

Si lloras con El, con El gozarás.

Cristo se hizo pobre, para que los hombres se hicieran en El ricos por la posesión del reino de los cielos.

Dejemos la riquezas temporales, para que podamos entrar en el reino de los cielos por el camino estrecho y la puerta angosta.

Pensamientos

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